lunes, 30 de junio de 2008

las tres ramificaciones del escándalo

Los diplomáticos que importaron los autos, los particulares que los compraron y los agencieros que hicieron de intermediarios.

Castigar a los diplomáticos será una misión casi imposible: la mayoría de los implicados ya no se encuentran en el país, apelarán a la inmunidad de sus cargos y, en todo caso, la palabra final la tendrá la Corte Suprema sobre un complejo pedido de extradición.

Los particulares, por su parte, se escudarán en haber realizado la compra “de buena fe” y serán inocentes hasta que alguien demuestre lo contrario. El único castigo concreto que recibieron hasta este momento es haberse convertido en portadores judiciales de autos muy caros que sólo podrán vender si algún día pagan los impuestos de importación que se evadieron.

Las agencias y concesionarios se encuentran en una situación más complicada: realizaron el papelerío de autos ingresados al país de manera ilegal y, en muchos casos, adulteraron su pasado.

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